Me harté de la espera, la ausencia, el silencio, el ruido, la calma, el frío.
Me harté de las promesas, los sueños, el olvido, de tu cara, de mis latidos.
Me harté de hacer siempre lo mismo, lo que es debido,
lo que se supone que tengo que hacer y no lo que he querido.
¡Stop!
¡Stop!
Y me bajo aquí, en medio de la nada,
y sin nada.
Sólo con piruletas de chocolate.
viernes, 9 de abril de 2010
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